Matsu, que en japonés significa esperar, es un homenaje a todos los viticultores que, durante generaciones, han trabajado la viña dedicándole su esfuerzo, sabiduría, respeto y sacrificio. La D.O. Toro tiene un clima seco, temperaturas extremas y unas viñas centenarias que se cuidan con métodos tradicionales siguiendo los tiempos que marca la naturaleza.
Los vinos de Toro se han caracterizado siempre por la enorme potencia y personalidad de la Tinta de Toro, una variedad de la que Raúl Acha, enólogo de Vintae, pretendía extraer además una elegancia y suavidad que permitiera disfrutar de estos vinos a un público mucho más amplio.
El reto era elaborar vinos de Toro que conservaran la potencia tradicional de la zona, aunándola con la suavidad y elegancia que se adapta a los gustos del consumidor actual.